Sinópsis
- FEDERICO ANAYA SANCHEZ
- EDITORIAL VALDEPEÑA
- MEXICO, 2001
La idea de Federico Anaya Sánchez, es superada por su propia iniciativa al sugerir con elegancia, la necesidad de una reestructuración en Polanco. Cito del autor lo siguiente: Una plaza Benito Juárez contigua al Parque Lincoln; una cuadra para Octavio Paz, otra para Elena Garro; frente a la Plaza Uruguay, Juanita de Ibarbourou, vería Alfonso Reyes con grado, la estatua de Sor Juana, así ambas poetistas de América se haría mutua compañía, con Artigas de testigo.
¿Seria mucho pedir –pregunta del autor del libro- si en algunos parques pudiéramos alabar a los escritores de México, colocando ahí sus bustos?
El jardín de los Poetas nos guardan lo mejor todavía si fuera de Latinoamérica. Con ese olfato literario, propio de ANAYA SANCHEZ lanza unas líneas: Esta ahí esperando silenciosos el Bosque de Chapultepec ,en la descuidada porción aledaña a la avenida Rubén Diario, antes de La Fundición.
En la emoción gratísima con que se descubre, desde atalaya de la vida, los caminos que en otros tiempos nos parecieron inconexos y que ahora se nos muestra con una red de nombres sin secretos. LAS CALLES DE POLANCO se convirtieran en una catedral de historia, filosofía y literatura.
Ricardo Pérez.
Siempre es emocionante encontrarse espíritus fraternos que además, realizan lo que uno simplemente apeteció o imaginó.
Aquí cabe recordar mi único y verdadero ámbito profesional: yo soy el maestro de literatura y de la historia de la cultura, lo que me gusta es leer libros… amistarme con ellos y luego compartir y complementar esa apasionada amistad con la gente. Si se entiende esto, comprenderán por que en Polanco voy de un amigo a otro y comprenderán también mi gratitud con Federico Anaya Sánchez que ha trazado con cariñosa minucia, ese mapa de un lugar que no es mas que mi biblioteca transformada en ciudadela.
Te doy gracias, Federico y ya en plan de abuso amistoso, te propongo que en algún día de nuestro incierto futuro, elaboremos un segundo volumen que nos permita jugar con algunos enigmas intelectuales que tu ya apuntas en las paginas finales de tu libro y que surgen de la inescrutable traza de Polanco.
Quizás, Federico, no lo entiendas del todo (nadie entiende del todo lo que hace), pero has escrito un libro aparente inoculo y rigurosamente interminable. No es poco. Ahora tiene la palabra los lectores.
German Dehesa